miércoles, 18 de junio de 2014

BIG DATA

Big data implica enormes cambios y viene muy de la mano de la Internet of Everything (y que comprende conexiones entre personas, procesos y máquinas): qué hacer con ese inmenso volumen de información que viene de sensores pegados a todos los artefactos imaginables, qué hacer con la información que los clientes o proveedores están posteando en Twitter o Facebook o las búsquedas que están haciendo en Google o los vídeos que alguien está poniendo en Youtube, o lo que están diciendo de sus empresas en sus CV los usuarios de Linkedin o la montaña de presentaciones en powerpoint que anda por la red o incluso toda la información en mails o facturas o pedidos que las firmas tienen del cliente.
Para cada una de estas fuentes de información desestructurada están apareciendo plataformas de búsqueda y ordenamiento de datos.
La cantidad de información y, sobre todo, la posibilidad de captarlo en tiempo real (por ejemplo, cuando un cliente esta probándose ropa) hace que los business analytics pasen de ser una herramienta de planificación a una herramienta de gestión. El día a día requiere inteligencia. Y también entonces cambia el profesional: ya no es un científico (un experto en estadísticas) sino un empleado que toma decisiones en la primera línea de interacción con el cliente. O tal vez la segunda línea, pero el mensaje es el mismo: las herramientas de business analytics tienen que ser fáciles de usar y con interfaces visuales.
La confluencia de las actuales tendencias en redes sociales, movilidad y la popular “nube” (cloud computing) está creando una poderosa combinación de fuerzas que inevitablemente impactarán sobre cualquier organización.
Esta situación plantea un desafío inédito a los principales directivos de IT en cada empresa: enfrentar los desafíos que plantea big data con el escenario de fondo de crecientes demandas por mejor información para tomar mejores decisiones.
No basta con recolectar y analizar información de fuentes abiertas para garantizar el éxito. Más allá de los desafíos técnicos, la alta gerencia debe confiar en la procedencia y calidad del informe analítico obtenido. Deben combinarse “las tres v”: volumen, velocidad y variedad.
Teniendo en cuenta que ya casi nadie pregunta “Qué es big data”. El gran interrogante ahora es “cómo obtenemos valor de big data”. El gran cambio es que ahora los líderes en cada negocio se vinculan de modo íntimo al desarrollo de estas estrategias porque han adquirido conciencia que son determinantes para lograr éxito.
Todo indica que ha llegado la hora de big data. Un gran número de empresas tienen ambiciosos planes para la utilización intensiva de data que hagan más eficientes las operaciones, refuerce los vínculos con los clientes y desarrolle nuevas vías de ingreso.
Pero hay una sola pre condición: hay que estar listos para la revolución que se viene, o será un avión que se pierda aun viéndolo despegar.